Ante todo deberá creer en ellos y ellos en usted. ¿Por que sabe que? Como nosotros, ellos también piensan que no existimos. Entonces, cuando una persona cree en un enano, emite una señal que busca una semejante en el mundo de los diminutos. Se da la conjunción cuando hay creencias correspondidas en cada lado. Ahí se produce la transfiguración, de enano por hombre (acá), y de hombre por enano (allá). Se reemplazan por tiempo indefinido.
    Para proveerse de enanos deberá primero hacerse de hombres supersticiosos. Concurra a la salida de cualquier templo religioso o porque no donde alguien mantenga una sonrisa por una extensión de tiempo llamativa. Evite las personas serias. Luego, una vez embaucada la persona elegida, llévela con usted hasta donde haya construido el portal cósmico. Repita el proceso las veces que crea necesario hasta tener su propio séquito de enanos desnudos. Digo desnudos porque es como viven en su dimensión. Por último, me olvidaba, procure no creer usted mismo en los pequeños. No haga como yo, que escribo estas instrucciones para un público de gigantes, excluido en el mundo de los enanos. Fui víctima de un enano que tenía el mismo oficio que yo: contrabandeaba hombres vestidos.
    Ahora predico la palabra del Mesías en el único templo construido por hombres en este mundo, esperando con incierto anhelo la llegada de nuestro salvador, que nos devuelva a donde pertenecemos.
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